Menuda alegría se llevó más de uno cuando Rafa Benítez fue cesado hace algo menos de dos años. Cristiano Ronaldo y compañía no tragaban al técnico madrileño, entre otras cosas porque es muy metódico y no es de esos que prefieren dar manga ancha a sus jugadores. Celebraron que Florentino Pérez apostara por Zinedine Zidane, al que la mayoría ya conocía por sus etapas como jugador y como ayudante de Carlo Ancelotti.
Con él se instaló el buen rollo en el vestuario. Le veían como un amigo, un icono del fútbol que no les iba a martirizar con vídeos y charlas interminables. Y claro, cuando ya de por sí tienes talento y encima vas a jugar motivado, puede pasar lo que pasó en la última temporada y media, que conquistas la Champions League dos años seguidos y vuelves a ganar LaLiga.
Cualquier tiempo pasado fue mejor
Todo era de color de rosa, y eso que en su día muchos decían que Zizou no estaba capacitado para dirigir a una plantilla como la del Madrid. Se equivocaban, puesto que trajo lo que necesitaban, paz y mucho laissez faire que con el paso de las semanas se tradujo en muy buenos resultados.
Las cosas han cambiado de forma radical esta temporada. El equipo es tercero en LaLiga y está a 8 puntos del Barça, y encima no ha sido capaz de dar una buena imagen en ninguno de los dos partidos de Champions que ha disputado frente al Tottenham. De hecho, anoche se vio sobrepasado.
La prensa deportiva y los aficionados hablan de crisis. Zidane mira para otro lado y sonríe, aunque lo hace abriendo la boca menos de lo que suele ser habitual. ¿Hay que alarmarse? Yo diría que sí. En los octavos de la Champions van a estar salvo debacle, pero es que LaLiga se les está escapando cuando solo se han disputado 10 jornadas.
Mano dura o adiós
Zidane tendrá que demostrar que es un entrenador con temperamento. Le toca ser el profesor que riñe a sus alumnos, no el padre que consiente que su hijo haga todas las perrerías habidas y por haber. Le toca sacar a pasear el látigo para dar un toque de atención a sus estrellas, algo que se niega a hacer en público (y me temo que en privado pasa más de lo mismo).
El fútbol no tiene memoria y todo lo que ha ganado en los últimos 18 meses no le servirá de nada si no endereza el rumbo de la temporada cuanto antes. Florentino empieza a ponerse nervioso y los aficionados critican a varios jugadores por su falta de ambición. Y no les falta razón, ya que si el Tottenham ganó al Madrid por 3-1 fue porque tiene a Dele Alli y Harry Kane, dos pedazo de futbolistas que salen al campo a comerse el mundo porque saben que todavía no han llegado a la cima.