Arsène Wenger vive en su mundo. Eso de llevar 20 años en el banquillo del Arsenal le ha transmitido la seguridad que muchos entrenadores no tienen. Cree que se irá cuando él quiera y no le afectan las críticas de los aficionados, que están pidiendo su destitución por activa y por pasiva cada vez que el equipo juega en el Emirates Stadium.
Lejos de admitir que su situación es delicada y su continuidad está en el aire, el técnico francés insinúa que continuará al comentar que ya trabaja para preparar la próxima pretemporada. Debe ser que ningún directivo le ha tirado de las orejas.
No dejará de creer en sí mismo
La aplastante victoria ante el West Ham en la última jornada le ha dado moral. Le ha permitido encarar las ruedas de prensa con un extra de confianza. Wenger se ve con fuerzas para continuar y está dispuesto a convencer a todos esos aficionados que piden su cabeza.
Dice que sigue trabajando en el futuro del club y puede que sea verdad, aunque tal vez lo haga desde los despachos a partir de la próxima campaña. La plantilla pide a gritos un cambio y jugadores como Alexis Sánchez se niegan a renovar si el patrón del barco sigue siendo el mismo.
Pancartas, gritos, memes, vídeos de humor… Wenger es el centro de críticas y burlas que no parecen desgastarle. A sus 67 años le resbala todo y no se irá hasta que los propietarios del Arsenal le despidan. Todavía se ve ganando otra Premier League, y eso que han pasado muchos años desde que levantaron la última.
Posibles candidatos
El actual entrenador del Bournemouth, Eddie Howe, es el máximo favorito para ocupar el puesto de Wenger a partir de la próxima temporada. También suena el de Massimiliano Allegri, que por otra parte está en la agenda del Barça, o eso dicen. Sea quién sea, creo que lo mejor para los ‘gunners’ será que Wenger coja sus cosas y se vaya.