Danny Welbeck es un excelente delantero centro. Sin embargo, no se hace ningún favor convirtiéndose en un piscinero. Ya se sabe que en Inglaterra este tipo de comportamientos no gustan a los aficionados, así que deberá pensárselo dos veces antes de tirarse como se tiró este pasado fin de semana ante el Wigan.
El árbitro picó y señaló penalti sin dudarlo. Los jugadores del Wigan se lo querían comer mientras Chicharito Hernández iba a por la pelota. Por suerte y para el bien del fútbol, como suele ser habitual cuando un penalti es injusto, Al Habsi se tomó la justicia por su mano deteniéndolo.