Vélez Sarsfield se acaba de proclamar campeón del torneo Clausura por quinta vez en su historia. La victoria por la mínima ante Huracán (1-0) le ha servido para llevarse la gloria y terminar con el sueño del equipo dirigido por Ángel Cappa. El partido no estuvo exento de polémica, pues el árbitro, Gabriel Brazenas, no vio un penalti a favor de Vélez, le anuló un gol legal a Huracán y no quiso ver la falta de Joaquín Larrivey en el gol decisivo.
El ambiente era impresionante. A pesar del avance de la Gripe A en Argentina, 48.000 espectadores se dieron cita en el estadio José Amalfinati con mascarillas y animaron a su equipo como si fuera el último partido de la historia. Los jugadores sabían que no podían fallar a sus aficiones y ambos equipos lo dieron todo sobre el césped.
Huracán supo frenar las primeras acometidas de Vélez e incluso se plantó con cierto peligro ante la portería defendida por Germán Montoya. La mejor ocasión de todas la tuvo Eduardo Domínguez, quien vio como su gol no subió al marcador por culpa de la mala actuación arbitral ne el día de hoy.
El partido se tuvo que suspender durante 20 minutos por culpa de la intensa granizada que cayó en ese momento. Con tan sólo 19 minutos disputados, los 22 jugadores más el árbitro y sus asistentes se fueron hacia el túnel de vestuarios porque era imposible jugar. Tras la reanudación, Vélez tuvo las mejores ocasiones pero ninguna se materializó en gol.
La segunda mitad empezó con un penalti a favor de Vélez. El goleador uruguayo Hernán López lo pateó muy mal y el guardameta visitante se lució. Sin embargo, a pesar del bajón que supone fallar una pena máxima, Vélez empezó a jugar su mejor fútbol.
El último cuarto de hora del partido fue determinante. El cansancio empezó a pasar factura y se perdió todo el rigor táctico, algo que en Argentina ya es difícil de ver hasta en el minuto 1. En uno de los muchos contragolpes que se dieron, Cubero sufrió una dura entrada de Arano que Gabriel Brazenas no quiso ni ver. Posteriormente, arrepentido por su error, no quiso ver tampoco una falta del delantero Larrivey en la jugada del gol a falta de 6 minutos para la conclusión del partido.
A partir de ahí Huracán perdió los papeles por la indignación de la jugada del gol y el partido tuvo que detenerse durante 8 miuntos por culpa de los incidentes que se produjeron. Vélez era campeón y el sueño de Huracán ya había terminado.