El Barça ya está en las semifinales del Mundial de Clubes. Las ha alcanzado sin contar con la participación de Neymar, que con casi total seguridad estará en la final, y Leo Messi, que a última hora se cayó de la convocatoria por culpa de un cólico nefrítico. Por suerte todavía le quedaba Luis Suárez, que con un triplete ha derribado la muralla china que había preparado Scolari.
Suárez vale por tres
Los azulgranas, que jugaron de azul celeste, no tuvieron que forzar la maquinaria para ganar un partido que se suponía que tenían que ganar. Con Munir y Sergi Roberto de inicio para cubrir las bajas de los dos genios que he mencionado anteriormente, los de Luis Enrique monopolizaron la posesión del balón hasta encontrar los espacios que buscaban.
Suárez abrió la lata en el minuto 39, poco después de que un futbolista del Guangzhou Evergrande se fracturara la pierna en una jugada desafortunada. El charrúa se hizo con un rechace del portero a disparo de Ivan Rakitic en posición legal y no perdonó.
El segundo llegó tras el descanso, en el minuto 50. El ‘9’ culé no desaprovechó un pase magistral de Iniesta para controlar con el pecho y definir con mucha rapidez. Shuai se le echó encima, pero el uruguayo ya había ejecutado la maniobra.
La sentencia definitiva llegó 12 minutos más tarde, esta vez desde el punto de penalti por una clara zancadilla a Munir. Con Neymar y Messi en la grada, Suárez completó su partido estelar con un disparo potente.
Bravo fue un espectador más
Claudio Bravo tuvo poco trabajo. Tan solo se manchó los guantes en un remate de cabeza al filo del descanso que tuvo que despejar como pudo. En la final, ante River Plate, seguro que tiene más faena, aunque los catalanes son claramente favoritos.