El Real Madrid ya puede presumir de su tercera Supercopa de Europa, que ganó anoche ante el Sevilla en un partido vibrante que podrían haberse llevado perfectamente los andaluces. Eso sí, con el Madrid ya se sabe que los partidos no acaban hasta que no pita el árbitro: fue salvado primero por Sergio Ramos, que empató el encuentro en el minuto 93, y luego por Dani Carvajal, que marcó el gol decisivo ya en la prórroga.
Un Sevilla que iba creciendo
Las bajas del equipo blanco (Cristiano, Bale y Kroos) no evitaron que el partido comenzara con muy buena pinta para los de la capital, sobre todo gracias a los más jóvenes, en especial Lucas Vázquez y Marco Asensio, que jugaron con mucho desparpajo y pasión. Sin embargo, el conjunto de Zidane solo estuvo bien durante los primeros 25 minutos, en los que Asensio aprovechó para marcar un golazo por la escuadra (minuto 21). A partir de ese momento, el Madrid se echó atrás y busco la contra, mientras que el Sevilla iba creciendo a medida que pasaban los minutos
Todo parecía indicar que el Sevilla empataría el partido y así lo hizo. Fue en una llegada por la banda derecha, en el minuto 41, cuando el “Mudo” Vázquez aprovechó un despiste de la defensa del Madrid y enganchó un remate perfectamente colocado.
Una segunda parte dominada por los andaluces
La segunda parte comenzó de la misma forma que terminó la primera: con un Sevilla dominando la pelota y un Madrid cediendo terreno. Y eso que Zidane apostó por Benzema y Modric, que mejoraron el juego de los blancos. Sin embargo, en el minuto 72 los andaluces se pusieron por delante en el marcador gracias al gol de Konoplyaka, que marcó de penalti tras un derribo de Ramos a Vitolo en el área. El Madrid fue incapaz de poner a Rico en apuros hasta el minuto 93, cuando Sergio Ramos aprovechó un desajuste en la defensa del equipo de Sampaoli, forzando la prórroga.
La prórroga fue del Madrid
En la prórroga, los jugadores del Madrid se vinieron arriba, aunque también es cierto que la expulsión de Kolo supuso una gran ayuda para el conjunto blanco. Además, los jugadores del Sevilla estaban mucho más desgastados físicamente. Por eso, no extrañó a nadie que Ramos volviera a marcar de cabeza, aunque el gol fue anulado por una falta a Rami. El que no anularon fue el gol de Carvajal en el minuto 119, que dio la Supercopa al Madrid en una final de lo más agónica.