Un inspiradísimo Mesut Özil se convirtió en la tabla de salvación del Real Madrid en Valladolid. Los locales empezaron con muchas ganas y pusieron contra las cuerdas a los de José Mourinho, pero el alemán acudió al rescate cuando más se le necesitaba y reivindicó que debe ser titular sí o sí cada semana.
Manucho adelantó al Pucela en el minuto 6 en una jugada un tanto confusa. Aprovechó un rechace que se quedó muerto en el área pequeña y fusiló a Iker Casillas sin piedad. El Madrid no se vino abajo y Karim Benzema empató seis minutos más tarde gracias a un error defensivo de los locales que fue aprovechado por José Callejón. El ex del Espanyol le puso el balón en bandeja al francés para que empatara.
Diez minutos más tarde volvió a aparecer Manucho, esta vez para cabecear a la red un saque de esquina. El José Zorrilla volvía a rugir y cada vez más gente pensaba que el todopoderoso Madrid iba a perder como ya lo hizo en Getafe o en Sevilla.
Özil resolvió con un lanzamiento de falta magistral
Lo que nadie sabía es que Özil quería ser el protagonista de la noche. Se inventó una jugada de genio combinando con Benzema y puso el 1-1 al filo del descanso. Tras la reanudación volvió a aparecer para marcar un golazo de falta, demostrando así que no solo las debe lanzar Cristiano Ronaldo. Como ya hiciera ante el Borussia Dortmund, se sacó de la chistera un gran disparo ante el que nada pudo hacer Dani Hernández.
La victoria le sirve al Madrid para coger aire, pero por desgracia no puede recortar puntos a sus dos principales rivales por el título de Liga, Barça y Atlético de Madrid.