A Diego Pablo Simeone le pasó lo mismo que a Julio César cuando llegó al Vicente Calderón para iniciar su etapa como entrenador del Atlético de Madrid. «Vine, vi y vencí», eso puede decir con orgullo después de hacerse cargo de una plantilla que no levantaba cabeza, que no ocupaba la posición que le correspondía.
Llegó el 23 de diciembre de 2011 para sustituir a Gregorio Manzano y su fichaje no pudo ser más oportuno. Los aficionados lo celebraban porque es un hombre muy querido, pero más de uno se guardó la emoción y esperó a los primeros resultados para cantar victoria.
Europa League, Supercopa de España, Supercopa de Europa y Copa del Rey
El Atlético acabó quinto en la temporada 2011/2012 y ganó la Europa League derrotando al Athletic de Bilbao en la final. Un año después logró la Supercopa de España y la Supercopa de Europa, al tiempo que logró acabar en la tercera posición del campeonato de Liga y se hizo con la Copa del Rey derrotando al Real Madrid en una final que se disputó en el Santiago Bernabéu.
Fue entonces cuando Enrique Cerezo le propuso una merecida renovación. Pese a que la temporada 2013/2014 no empezó bien porque perdieron la Supercopa de España ante el Barça, lograron reponerse y ahora mismo son líderes en Liga y están en las semifinales de la Champions League, donde se medirán al Chelsea de José Mourinho.
Así las cosas, es justo decir que Simeone está sacando el máximo partido a una plantilla que no es ni mucho menos la mejor de Europa, pero que tiene a futbolistas que se dejan la piel domingo tras domingo. Me refiero a Koke, Gabi, Diego Costa, Raúl García… La filosofía del «partido a partido» le ha valido para que su equipo sea prácticamente invencible.
Lejos del Manzanares Simoene…
Todo eso está muy bien, pero ¿qué pasaría si Simeone entrenara a otro equipo que no sea el Atlético de Madrid? Hay quienes dicen que fracasaría, y otros piensan que lo bordaría. Yo no es que crea en un fracaso rotundo, pero sí pienso que no es el entrenador ideal para dirigir a un grupo de estrellas que no destacan por su sacrificio en el campo. En otras palabras, no le veo entrenando a un Madrid o a un Barça porque son equipos que no necesitan una agresividad extra para ganar los partidos, sino que utilizan otras armas.
Me encantaría conocer tu opinión, así que espero comentarios para ir debatiendo este tema que pienso que es muy interesante.