Pep Guardiola firmó por el Bayern de Múnich tras un año sabático. Le convencieron de que era la mejor opción y decidió firmar un contrato que le ataba a la entidad bávara hasta el 30 de junio de 2016. La fecha se acerca y no parece que vaya a renovar, así que la actual es la última temporada del técnico catalán en el Allianz Arena. Y claro, la pregunta es… ¿Tres Bundesligas serían suficientes?
La tercera la podría ganar este año con el permiso de equipos como el Wolfsburgo y el Borussia Dortmund, que en teoría son los que van a pelear con el Bayern hasta el final (si pueden aguantar el ritmo). Por plantilla no deberían tener problemas para hacerse con el título que muchos dan por ganado antes de que empiece a rodar el balón en Alemania.
Dejando a un lado la DFB Pokal e imaginando que este año tampoco ganarán la Champions League, llegará el día en el que tocará hacer balance de la etapa de Guardiola en el Bayern. Sus detractores podrán rajar abiertamente en la ciudad deportiva de Säbener Straße y el representante de Mario Götze celebrará su marcha descorchando varias botellas de Moët & Chandon. Ese día se acabará el «tiki-taken» y tocará contar los títulos conseguidos.
Nunca se habían rascado tanto el bolsillo para pagar la ficha de un entrenador. Lo hicieron pensando en el sextete que logró en el Barça y con la intención de copiar la parte más positiva de un modelo de juego que también triunfó en la selección española. Sin embargo, los alemanes son más directos y bastante más cuadriculados que nosotros. No digo que eso sea bueno o malo; solo digo que es otra mentalidad.
Ganar tres Bundesligas no será suficiente para que se escuchen conversaciones sobre un Guardiola ganador en los famosos Biergärten de Múnich. No hay que olvidar que llegó para sustituir a un Jupp Heynckes que había logrado un triplete histórico. Puso el listón muy alto y las críticas no tardaron en llegar cuando fue eliminado por el Real Madrid en aquellas semifinales de la Champions en las que no hubo discusión.
Tampoco hubo discusión alguna en las semifinales del año pasado. Una vez más se toparon con el que a la postre sería campeón, con un Barça que estaba imparable. Se puede decir que en ese sentido ha tenido mala suerte, sobre todo si nos acordamos de todas las bajas que tuvo para la ida y para la vuelta de aquella eliminatoria. Pep lo está haciendo bien, pero en el fútbol lo que cuenta son los títulos importantes y los «casi» no te llevan a nada. Lo sabe cualquier entrenador que ha pisado el vestuario de un grande de Europa.