Lo de Gareth Bale se está alargando demasiado. Es un culebrón desagradable para todas las partes implicadas y no entiendo por qué no se resuelve ya. El Real Madrid ha dejado claro que está dispuesto a pagar muchísimo dinero por el galés, pero Daniel Levy sigue en sus trece y ahora no está de acuerdo con los 120 millones de euros que le ofreció Florentino Pérez a través de José Ángel Sánchez en la última reunión.
Lo último que sabemos es que el Tottenham le ha dado un ultimátum a su estrella. Si continúa en rebeldía y se niega a jugar las pasará canutas. No le traspasarán y se quedará un año entero en el banquillo, algo muy parecido a lo que le sucedió a Fernando Llorente en el Athletic de Bilbao la temporada pasada.
Si hacen eso lograrán fastidiar a Bale, pero los grandes perjudicados serán ellos mismos porque no sacarán tajada ni en el campo ni en los despachos, ya que el jugador no aportaría nada al equipo y no entrarían decenas de millones de euros a las arcas del club. Sería una decisión tan poco inteligente que suena a broma, aunque Josu Urrutia lo hizo con el Athletic.
Bale no descarta meter más presión
La cuerda se tensa cada vez más y Bale no descarta comparecer ante los medios de comunicación para explicar los motivos de su actitud en los últimos días. Llegó al Tottenham con 17 años y hasta la fecha no ha dado ningún problema, pero ahora quiere volar para jugar en uno de los mejores equipos de la historia, algo que Levy debería entender, sobre todo cuando te ponen tanto dinero sobre la mesa que hasta tus aficionados están de acuerdo con la venta del mejor jugador que ha vestido la camiseta de los ‘Spurs’ en los últimos años.