Aaron Ramsey, un joven jugador galés de sólo 19 años, tuvo la mala suerte de sufrir una escalofriante entrada ayer en el partido que disputaron Arsenal y Stoke City. En una jugada totalmente fortuita, Ryan Shawcross destrozó la pierna del centrocampista, algo que rápidamente se pudo ver. El central fue expulsado por el árbitro y se fue entre lágrimas. Lo cierto es que tuvo muy mala suerte, no fue con mala intención.
Después de siete minutos con el partido parado, Ramsey pudo abandonar el campo en camilla y con oxígeno. Hoy ha sido operado con éxito de la doble fractura de tibia y peroné que sufrió. Sin embargo, todavía se desconoce cuando podrá volver a jugar a fútbol. Lo peor de todo es que probablemente no vuelva a ser el gran jugador que parecía que iba a ser. Arsene Wenger ya le veía como el sustituto de Cesc Fábregas. El traspaso del catalán al Barcelona o al Real Madrid está en el aire.
