El bueno de Erik ten Hag ha llegado con mano de hierro al Manchester United. Ha sentido la necesidad de poner orden en un vestuario que no acaba de funcionar sea quien sea el entrenador. Sin embargo, creo que su plan no va a salir tan bien como esperaba, más que nada porque los jugadores del United no son como los del Ajax. Me explico.
Los entrenadores duros ya no triunfan
Cuando tienes a una plantilla formada por jóvenes futbolistas que llegan con ganas de comerse el mundo porque todavía no han logrado nada, podríamos decir que como entrenador tienes la capacidad de moldearlos y darles todos los consejos que creas oportunos. Consejos y castigos, porque a veces también hay que ser exigente cuando las cosas no salen bien por falta de esfuerzo.
El problema es que en Old Trafford hay mucho jugador consagrado, mucha estrella como Cristiano Ronaldo que no acepta que le digan que tiene que dar 20 vueltas al campo como castigo por haber perdido por 4-0 ante el Brentford. Dicen que los jugadores recorrieron más de 13 kilómetros por el espectáculo que dieron en el último partido, el mismo que les ha dejado como colistas de la Premier League.
Puede pensar Ten Hag que eso le ayudará a que no vuelva a suceder, pero me temo que a estas alturas de la película ya debería saber que los jugadores te pueden hacer la cama fácilmente, especialmente los veteranos. Es como cuando Rafa Benítez o Julen Lopetegui ficharon por el Real Madrid y trataron de imponer su método con entrenamientos muy específicos y repletos de táctica. ¿Qué hicieron los Cristiano, Ramos y compañía? Hacerle la cama para que duraran dos telediarios.
Triunfa el laissez faire
Las estrellitas prefieren tener a un entrenador que siempre se manifiesta a favor de ellos, incluso cuando las cosas van mal. Quieren a un tipo que no busque protagonismo y que les deje ir a su aire, como por ejemplo Zinedine Zidane o Carlo Ancelotti. Ese es el perfil de entrenador que puede triunfar en un vestuario repleto de egos. Todo lo demás es un error, ya que 25 jugadores siempre van a tener más fuerza que uno, más que nada porque es más fácil echar a uno que a 25.
Así las cosas, creo que el técnico holandés va a durar muy poco. Los resultados no le acompañan y no le van a acompañar, así que es cuestión de tiempo que se anuncie su destitución antes de Navidad. Será el enésimo fracaso de un Manchester United que sigue echando de menos los tiempos de Sir Alex Ferguson, un tipo duro y cariñoso a partes iguales en una época en la que se podía ser duro. Ahora no, ahora mandan los jugadores.