Nos guste o no, los jugadores de fútbol son como los trabajadores de cualquier empresa. Pueden valorar un buen puñado de factores que les invitan a quedarse, pero en general se mueven por dinero. ¿O acaso vosotros no cambiaríais de trabajo si os dieran la oportunidad de cobrar el doble? Sí, es verdad que ya cobran mucho, pero están acostumbrados a otro nivel de vida y no se conforman con seguir cobrando lo mismo si ven que pueden progresar.
Dicho esto, me gustaría hablar de la situación de Sergio García, el capitán y buque insignia de un Espanyol que no debería pasar apuros para salvarse una temporada más. Su caso me recuerda al de Joan Verdú, que acababa contrato y no llegó a un acuerdo por culpa de los problemas económicos que atraviesa el club de la Ciudad Condal. ¿Al final que hizo? Fichar por el Betis comprometiéndose cuatro temporadas. Cobra mucho más, pero se ve jugando en Segunda División dentro de unos meses si no le traspasan antes.
Perico hasta 2015
El contrato de Sergio García termina el 30 de junio de 2015, pero ya se está hablando de su renovación por si hay que traspasarle este verano. Es lo típico: ¿tengo dinero para ampliar su contrato? No. ¿Qué hago? Lo vendo antes de que se vaya gratis y así obtengo unos millones de euros por el traspaso, cosa que no pasó con Verdú porque ya estaba en su último año de contrato.
No se esconde y habla claro
El caso es que el delantero catalán no se ha mordido la lengua a la hora de hablar de su futuro:
No va a ser fácil, aunque yo voy a poner todo de mi parte para se haga. El club, cada año, está intentando bajar sueldos, pero creo lo normal es que si se hacen bien las cosas los mantengan. Me gustaría poder retirarme aquí, no tengo predisposición de irme y ojalá pueda estar muchos años en Cornellà.
Consciente de que ahora mismo es el jugador más querido por la afición, el ‘9’ blanquiazul ha dicho que normalmente el jugador más valorado también es el mejor pagado. Le ha tirado una indirecta a Joan Collet para que le ofrezca unas condiciones de renovación atractivas. De lo contrario, es probable que se busque otro equipo en verano, cuando acabará de cumplir 31 años y andará como loco por firmar el último gran contrato de su carrera deportiva.