A estas horas, en Barcelona, nadie habla de la gran segunda parte del Barça en campo del Levante. Para Cristian Tello es una lástima, ya que logró su primer hat-trick con la camiseta del primer equipo. Podría ser portada de cualquier diario, pero su presidente acapara todo el protagonismo en estos momentos.
Sandro Rosell ha dicho basta, ha estallado. Ha puesto punto y final a su etapa como presidente del club después de reunirse con los vicepresidentes Josep Maria Bartomeu, Javier Faus y Jordi Cardoner. Con ellos ha comido antes de anunciar lo que más de uno ya intuía cuando el juez Ruz admitió a trámite la querella contra él por el fichaje de Neymar. Su sustituto será Josep Maria Bartomeu, quien a final de temporada convocará elecciones anticipadas.
Neymar le ha dado más disgustos que alegrías
La opacidad del caso Neymar le ha dejado contra las cuerdas. Todo el mundo da por hecho que costó más de lo que se dijo en su día. Los 57 millones de euros no son reales y hay quien dice que el traspaso rondó los 100 millones. De hecho, se han dicho disparates que hablan de 160 millones.
Rosell quería sacar pecho ganándole la partida a Florentino Pérez y pagando una cantidad por la que ningún socio se llevaría las manos a la cabeza. Lo malo es que uno de ellos, Jordi Cases, decidió ir un paso más allá y vio indicios de que estaban mintiendo.
Es el turno de la justicia
Todavía es pronto para saber si fue un fichaje que se hizo de la forma más chapucera posible, así que no me voy a mojar ni a favor ni en contra de Rosell. Será el juez Ruz quien tendrá que ocuparse de otro caso que habla de lo mal que se hacen las cosas en este país. Mientras, me parece lo más lógico del mundo que renuncie a su cargo. Lástima que los políticos no hagan lo mismo y se agarren a su poltrona hasta que tienen los dos pies en la cárcel, cosa que no pasa nunca.