Wayne Rooney quiere abandonar la disciplina del Manchester United, no quiere continuar en un club en el que no se siente a gusto. Esta temporada está siendo una auténtico desastre para él y es por ello que ya ha comunicado su intención a varios compañeros de selección.
Al parecer, el principal problema está en la relación entre el delantero inglés y Sir Alex Ferguson. Ambos no se llevan nada bien desde que el técnico escocés dijera que Rooney no jugó por tener problemas en el tobilla. Días después, el jugador se encargó de negar que tuviera problemas, dejando claro que si fue suplente es porque Ferguson así lo creyó oportuno.
Este pasado fin de semana Rooney volvió a estar sentado en el banquillo. Pese a que su equipo lo necesitaba para ganar al West Bromwich Albion, sólo jugó 20 minutos y poco pudo hacer para que los tres puntos se quedaran en Old Trafford. El resultado final fue de 2-2.
En Inglaterra ya se especula sobre la posible marcha de su delantero más carismático. Manchester City y Real Madrid son los equipos en los que podría recalar. Sin embargo, hasta el momento los dirigentes de los «diablos rojos» siempre se han mostrado reacios a su marcha. ¿Serán más flexibles en esta ocasión?