Roberto Carlos, jugador del Anzhi, se pasea por los platós de la televisión rusa para hacer gala de su popularidad. En su última aparición cometió un error que demuestra que los futbolistas de su clase son humanos.
Roberto Carlos, jugador del Anzhi, se pasea por los platós de la televisión rusa para hacer gala de su popularidad. En su última aparición cometió un error que demuestra que los futbolistas de su clase son humanos.