Cada año que pasa está más cerca de volver a su país. Javier Mascherano es feliz en Barcelona y disfruta de muchos minutos, pero es consciente de que se está haciendo viejo y algún día le tocará hacer las maletas.
Si las hace, puede que sea para irse a jugar a otro equipo europeo, e incluso cabe la posibilidad de que se deje atraer por los millones de China, Estados Unidos o Qatar. Sin embargo, su corazón siempre le va a pedir que vuelva a casa, que vuelva a River Plate.
Carrera meteórica
Allí fue a parar en edad juvenil, y allí fue donde debutó como profesional el 3 de agosto de 2003, cuando apenas tenía 19 años. Las cosas le fueron muy bien a partir de ese momento y no tardó en aceptar una oferta del Corinthians en julio de 2005. Los brasileños pagaron 15 millones de dólares por él y le traspasaron una temporada después al West Ham, que le contrató junto a Carlos Tévez pagando algo más de 50 millones de dólares.
Su paso por el Liverpool fue muy exitoso (ganó una Champions League), pero en el Barça las cosas le han ido todavía mejor. Se ha hecho muy amigo de Leo Messi y ha logrado convencer a todos los entrenadores que han pasado por el banquillo del club. Primero a Pep Guardiola, después a Tito Vilanova y más tarde al Tata Martino antes de que llegara Luis Enrique. El asturiano le utiliza siempre que puede, ya sea de medio centro defensivo o de central.
Futuro entrenador de River
El contrato de Mascherano con el Barça no expira hasta el 30 de junio de 2018, así que todavía le quedan tres temporadas por delante y el Mundial de Rusia. Después quién sabe lo que pasará, porque tendrá 34 años y será un momento idóneo para volver a River, donde quieren ofrecerle un puesto como jugador y la promesa de convertirle en entrenador del primer equipo nada más colgar las botas.