Tras el empate a cero en México, River Plate supo afrontar el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores y se adjudicó la tercera de su historia. Lo hizo 19 años después y por todo lo alto, puesto que golearon a Tigres en el Monumental por 3-0.
Cosas del destino, Marcelo Gallardo, el actual entrenador de River, era jugador de aquel último equipo que conquistó la Libertadores, en aquella ocasión ante el América de Cali.
Se esperaba más de Tigres
Tigres había llegado a la final por méritos propios, pero la verdad es que jugó con demasiado miedo, como si supiera que no tenía opciones. Gignac, Sobis, Damm y Aquino se arrugaron y River lo aprovechó para dar rienda suelta a su potencial.
Alaro abrió la lata
El primero de la noche llegó en el minuto 45, cuando Vangiani se sumó al ataque para poner un gran centro desde la banda izquierda que encontró la cabeza de Lucas Alaro. Su remate, impecable, sirvió para superar a un Nahuel Guzmán que hizo bien poco por evitar el gol.
La sentencia
Tras la reanudación llegó la sentencia. El árbitro, el uruguayo Darío Ubríaco, no dudó en señalar penalti en el minuto 75 y Carlos Sánchez se encargó de transformarlo con toda la tranquilidad del mundo. La sentencia llegó poco después, cuando Ramiro Funes Mori se elevó por encima de todos a la salida de un córner para rematar de cabeza y establecer el 3-0 definitivo.
River Plate volvió a saborear lo que se siente al ser el mejor equipo de América del Sur. Lo habían merecido como nadie, así que ahora les toca disfrutar de un título que no se gana todos los días.