Marco Reus no levanta cabeza. Las lesiones se están cebando con él desde que se perdió el Mundial de Brasil por culpa de una desafortunada lesión que se produjo en un partido amistoso ante Armenia. En aquel entonces se rompió los ligamentos externos del tobillo izquierdo y tuvo que estar tres meses fuera. Antes de ayer se rompió los mismos ligamentos, pero de su tobillo derecho, así que deberá ver los partidos desde la grada durante otros 90 días que se le harán muy largos.
Situación alarmante
La situación del Borussia Dortmund es crítica en la Bundesliga. Ahora mismo están coqueteando con los puestos de descenso, así que están obligados a reaccionar cuanto antes para no acabar en la segunda división alemana. Sin Reus todo será más complicado, incluso en la Champions League, donde ya están clasificados para los octavos de final, y probablemente como primeros de grupo.
Demasiadas lesiones
El habilidoso mediapunta hará las maletas la temporada que viene para jugar en uno de los grandes de Europa, pero a este paso su caché se va a derrumbar y tendrá que sopesar la posibilidad de continuar en Dortmund. Ningún club quiere a un jugador con semejante historial de lesiones, aunque lo mismo podríamos decir de Arjen Robben, que se lesionaba mucho en el Real Madrid y ahora está como un toro disfrutando de sus mejores años en el Bayern de Múnich. Lo importante será que se recupere bien psicológicamente, porque después de todo este calvario es probable que se lo piense dos veces antes de meter la pierna, y eso le haría peor jugador.
Esta última lesión se la produjo ante el Paderborn. Empataron 2-2 a domicilio, pero lo que más le dolió a Jürgen Klopp fue perder a su estrella por culpa de una dura entrada en el minuto 64. Marvin Bakalorz llegó tarde a un balón que se llevó Reus y le clavó los tacos en el tobillo derecho. La entrada fue escalofriante, merecedora de tarjeta roja.