El Chelsea quiere pescar en río revuelto. La familia de Leo Messi está disgustada por la sentencia impuesta por la Audiencia de Barcelona, a pesar de que no tendrá que ingresar por prisión tras defraudar 4,1 millones de euros a Hacienda. En España no hay que hacerlo por penas inferiores a dos años, y tanto Messi como su padre han sido condenados a 21 meses de prisión, así que no van a pasar ni un solo día entre rejas.
No están contentos con el apoyo recibido
No les ha gustado ni un pelo el apoyo que han recibido por parte del Barça, que ayer reaccionó tras conocerse la noticia mostrando su apoyo a los Messi y lamentando la decisión que se ha tomado en los tribunales. El comunicado oficial emitido a toda prisa no ha convencido al mejor jugador del mundo, que si fuera por lo deportivo no tendría motivos para hacer las maletas.
El dinero no sería el motivo de su adiós
Lo económico tampoco le importante demasiado. Sabe que en en otra parte podría cobrar más y el Chelsea está dispuesto a complacerle ofreciéndole un contrato monstruosamente apetecible. Sin embargo, Messi siempre se ha sentido en deuda con el club que le pagó el tratamiento que necesitaba para crecer, motivo por el cual nunca se ha planteado dejar de vestir de azulgrana.
Esta vez las cosas podrían cambiar porque esta sanción plantea un panorama distinto. La imagen de Messi ha quedado muy deteriorada en España, y cualquier otro resbalón delictivo podría enviarle a la cárcel sin excusas. Por eso no ven con malos ojos la posibilidad de fichar por uno de los clubes más poderosos de Inglaterra.
Reunión en alta mar
A pesar de que el Manchester City siempre ha andado tras sus pasos, Pep Guardiola desmintió que fueran a por él en el día de su presentación. Tal vez jugó al despiste, pero sus palabras parecían sinceras. Siendo así, el único club en disposición de hacerse con sus servicios sería el Chelsea, y más después de que The Sun haya filtrado una supuesta reunión secreta que mantuvieron el padre de Messi y Roman Abramovich en los últimos 10 días.
El propietario del Chelsea, uno de los hombres más ricos del planeta, le invitó a su yate, el Eclipse, que por cierto es el segundo más grande del mundo. Estuvieron charlando sobre las posibilidades de que Messi cambie de aires y no sabemos cómo terminaron las conversaciones. Lo que está claro es que los Messi están más incómodos que nunca en nuestro país.