El Arsenal tiene un pie y medio fuera de la Champions League porque ayer sufrió una derrota que le deja con muy pocas opciones. Los de Arsène Wenger no estuvieron nada finos y perdieron por 1-3 ante un Bayern de Múnich que para mí es un serio candidato para ganar la competición que el año pasado se le escapó por los pelos en el Allianz Arena.
El Emirates Stadium estaba lleno hasta la bandera, pero los aficionados se llevaron un chasco con lo que vieron. El Arsenal no desplegó su juego porque estaba incómodo. La presión de los jugadores del Bayern, con Javi Martínez ejerciendo de mariscal en el centro del campo, no tardó en surgir efecto.
El Bayern salió a por todas
El primer gol de la noche lo anotó Toni Kroos al rematar con mucho acierto un centro de Thomas Müller. Su volea fue perfecta, aunque Wojciech Szczęsny pudo hacer algo más. No me extraña que estén intersados en Víctor Valdés.
Un cuarto de hora más tarde, en el minuto 21, Müller puso el 2-0 en el marcador tras un rechace de Szczęsny que fue a parar a sus botas. Lo tuvo demasiado fácil y no desaprovechó la ocasión.
Intento de reacción frustrado
Tras la reanudación el Arsenal intentó poner toda la carne en el asador y llegó a inquietar al Bayern, aunque todo fue un espejismo. Lukas Podolski recortó distancias en el minuto 55 aprovechando un error garrafal de Manuel Neuer, que a la salida de un córner se quedó a medias. Ni fue a por el balón ni se quedó en la portería para atajar un posible remate. Un desastre que significó el tanto de la esperanza.
El Arsenal intentó igualar el partido para ir con más opciones a Múnich, pero en el minuto 77 el Bayern finiquitó la eliminatoria con un gol bastante extraño de Mario Mandzukic. El delantero croata remató un centro de Philipp Lahm de una forma poco ortodoxa, tal vez con la ayuda de Bakari Sagna.