Ni Zinedine Zidane ni Fernando Santos. El mejor entrenador de fútbol del año pasado fue Claudio Ranieri, el padre de un equipo que logró una de las proezas más increíbles que se recuerdan en el mundo del deporte.
Con el modesto Leicester City, un equipo diseñado para mantener la categoría, fue capaz de superar en la clasificación a clubes tan todopoderosos como el Manchester City, el Arsenal, el Chelsea o el Manchester United. ¿La fórmula? Solo la conoce él, y parece que este año no funciona ni la mitad de bien.
Un sabio del fútbol
Cristiano Ronaldo fue el gran triunfador del FIFA ‘The Best’, pero todo el mundo tiene ganas de hablar de Ranieri, que a sus 65 años logró lo que nadie creía posible ni siquiera a mitad de temporada, cuando uno de los underdogs de la Premier se codeaba con los Goliat.
Es verdad que Zidane ganó la Champions y Fernando Santos la Eurocopa, pero lo que lograron no tiene tanto mérito como lo del romano. Ganar la Champions con el Real Madrid es relativamente fácil con la plantilla que tiene el francés a su disposición, mientras que el técnico portugués no conquistó la Eurocopa ganando con facilidad y exhibiendo un fútbol de muchos quilates. Más bien todo lo contrario, y que conste que no quiero quitarle méritos.
El premio a una larga trayectoria
Tras casi 30 años dedicados a los banquillos, Ranieri ha visto recompensada su trayectoria con un premio que tiene menos valor que los recuerdos que nunca desaparecerán de su cabeza, los de levantar la Premier contra todo pronóstico con un elenco de jugadores desconocidos para la gran mayoría de los aficionados al fútbol. Gracias a él llegué a pensar por un día que el dinero no es lo único que se necesita para ganar títulos, ya que incluso sin él puedes llegar muy lejos.
Quiero agradecérselo a los jugadores y a nuestros fans. Lo que ocurrió el pasado curso fue extraño, magnífico.