Sí, lo más fácil es decir que no ya no tienen a Robert Lewandowski y que Marco Reus se ha perdido varios partidos por lesión. El Borussia Dortmund está atravesando su peor crisis de los últimos años porque no es capaz de levantar cabeza en la Bundesliga. Acumula 7 puntos en 8 jornadas. O lo que es lo mismo: a estas alturas ya ha dejado escapar 17 puntos. Y eso, como es lógico, le ha arrastrado hasta la decimocuarta posición, situándose a un solo punto de la zona de descenso.
En la Champions League van muy bien porque han ganado los dos partidos que han disputado, pero es el campeonato doméstico lo que más debería preocuparle a Jürgen Klopp. Con la de puntos que han perdido ya no pueden pensar en ser líderes hasta la temporada que viene. No porque el Bayern de Múnich apenas fallará. Lleva 6 victorias y 2 empates, y si tenemos en cuenta que la temporada pasada solo cedieron tres empates y dos derrotas, es difícil pensar que van a estar por encima.
Una racha muy negativa
Llevan cinco partidos sin conocer la victoria en la Bundesliga y tres derrotas consecutivas. No creo que Klopp deba sufrir por su continuidad, porque en Dortmund es toda una institución, pero está claro que necesitan una reacción inmediata para que los aficionados que llenan el Signal Iduna Park no se impacienten. Están obligados a remar para ocupar una de las plazas que te da derecho a jugar la Champions el año que viene, y para eso todavía están a tiempo porque otros equipos presumiblemente favoritos van a la deriva. Me refiero más que nada al Bayer Leverkusen (sexto con 13 puntos) y al Schalke 04 (noveno con 11 puntos).
Una buena noticia para Klopp es que ha recuperado a Ilkay Gündogan. El futbolista alemán de origen turco volvió a los terrenos de juego ante el Colonia el pasado sábado. Fue titular y jugó los 90 minutos (fue sustituido por Subotic en el tiempo de descuento), pero se fue a la ducha con mal sabor de boca, ya que perdió el balón que propició la derrota que sufrieron por 2-1.
Calendario difícil para levantar el vuelo
Ahora tienen por delante un calendario que no les invita a ser demasiado optimistas. Reciben al Hannover 96, que también viene de encadenar tres derrotas consecutivas, pero después viajan al Allianz Arena para medirse al Bayern de Múnich de Pep Guardiola. Acto seguido reciben al segundo clasificado, el Borussia Mönchengladbach y más tarde viajan al campo del Paderborn, una de las revelaciones de la temporada que en casa solo ha perdido un partido y por la mínima.