La última jornada de liga tiene pocas cosas en juego, y menos para un Real Madrid que está pensando en la temporada que viene desde que quedó eliminado de la Copa del Rey y de la Champions League. A pesar de ello, hay muchas ganas de ver lo que pasará con Gareth Bale en el que podría ser su último partido con la camiseta blanca.
En primer lugar no se sabe si Zinedine Zidane le dejará fuera de la convocatoria como en las dos últimas jornadas o le dará la oportunidad de que se despida ante su afición. Si ocurre esto último, ¿cómo se comportará el Santiago Bernabéu?
Malos precedentes
El Madrid tiene fama de despedir de forma poco elegante a sus emblemas. No digo que Bale lo sea, desde luego, pero no se puede negar que ha sido un jugador que ha contribuido a la consecución de títulos como las tres últimas Champions que han levantado de forma consecutiva.
Los mil y un partidos que se ha perdido por lesión, su falta de adaptación y la poca entrega que ha mostrado en algunas épocas, han hecho que tanto la directiva como la afición se haya cansado de él. Por eso es una incógnita saber cómo se le va a despedir.
Mientras Florentino Pérez escucha ofertas por el de Cardiff que no llegan, Zidane medita qué hacer para que Bale salga de forma elegante, a pesar de que la relación que mantienen no es muy buena que digamos, sobre todo por culpa de su representante, que ha cargado contra los aficionados del Madrid y contra Zizou en más de una ocasión.
Hay que decir «gracias y que te vaya bien»
Sinceramente creo que el Bernabéu debería despedirle con aplausos, reconociendo las cosas buenas que ha hecho. No hay que hacerle la ola ni corear su nombre durante 5 minutos seguidos como sí se hace con las verdaderas leyendas, pero como mínimo hay que decirle adiós con elegancia, como personas.