Todavía recuerdo cuando Carles Puyol amplió su contrato hasta el 30 de junio de 2016. Dijo que se sentía muy feliz en el club de su vida y que intentaría hacer todo lo posible para retirarse con 40 años. Sin embargo, las lesiones se han cebado con él y no podrá alcanzar ese objetivo, ya que en estos momentos tiene 35 años y se marchará cuando termine la temporada.
La decisión ya está tomada, no hay vuelta atrás. El capitán se irá mermado por las lesiones en busca de un futuro en el que pueda disfrutar de más minutos. Ofertas no le van a faltar, pero pocas serán tan seductoras como las que le lleguen desde la Major Soccer League.
Las negociaciones han empezado
Los dos clubes que más interés han mostrado por él son los dos de Nueva York. Los New York City y los New York Red Bulls quieren hacerse con sus servicios, aunque todavía no está nada claro en qué condiciones podrá llegar. La liga de fútbol estadounidense se rige por una regulación de los salarios bastante restrictiva. Solo tres jugadores pueden ser calificados como designated players, que son los únicos de la plantilla que pueden disfrutar de un salario libre.
El principal inconveniente es su posición en el campo, ya que la mayoría de equipos de la MLS buscan jugadores de corte ofensivo y no están dispuestos a gastarse demasiado dinero para fichar a porteros o defensas. Además, teniendo en cuenta que Puyol cobra 10 millones de euros brutos por temporada, queda claro que el de La Pobla de Segur deberá rebajar sus pretensiones económicas si quiere jugar al otro lado del charco.
Otro tema por resolver es el de la rescisión de su contrato. Esos 10 millones de euros de la temporada que viene le pertenecen, así que debería llegar a un acuerdo con el club para recibir una pequeña parte antes de marcharse. No hay que olvidar que él siempre ha dicho que se irá cuando físicamente no esté en condiciones. Y ahora, con tantas lesiones a su edad, parece que no volverá a ser el mismo.