Debe ser que en Milán no llega la señal para ver los partidos de fútbol de la liga española. De lo contrario no me explico qué hacían tantos aficionados en el día de la presentación de Kaká como nuevo jugador del Milan.
Fue recibido por todo lo alto porque es el hijo pródigo y todas esas chorradas, pero cuando el balón empiece a rodar ya verememos quién se destroza la garganta para corear su nombre. En todo caso se la destrozarán para otra cosa.
¿Por qué?
No me explico que le quieran otra vez, pero tampoco me explico que el brasileño haya aceptado volver. Allí es un héroe y ahora se convertirá en un villano. Futbolísticamente hablando está a años luz de aquel jugador que ganó el Balón de Oro y muchos aficionados se van a llevar un chasco. Si hubiera sido más inteligente se habría marchado a los Emiratos Árabes o a Estados Unidos.
Os dejo con el vídeo de su presentación oficial junto a Adriano Galliani, el hombre que ha aceptado pagarle 4 millones de euros por cada una de las dos temporadas que ha firmado.