El futuro de José Mourinho es incierto. Tras ser destituido como entrenador del Chelsea, no tenemos ni idea de lo que hará con su carrera profesional de ahora en adelante. Sabemos que le hace mucha ilusión entrenar a la selección portuguesa, pero no asumirá ese cargo hasta que esté muy cerca de la retirada.
Mourinho se desinfla
A sus 52 años, todavía le queda cuerda para rato. Su currículum dejó de ser impecable desde que abandonó el Inter de Milán con la segunda Champions League bajo el brazo. No tiene el mismo caché que antaño por mucho que Jorge Mendes, su representante, se esfuerce en decir que sigue siendo el mejor pese a lo ocurrido en Stamford Bridge.
Ha tenido temporadas malas tanto en lo deportivo como en lo personal. Problemas con los capitanes del Real Madrid y problemas con algunos de los mejores jugadores del Chelsea han puesto en duda su capacidad de liderazgo. Le viene bien ser un tipo autoritario que no se deja pisotear por los demás, pero a veces se pasa de prepotente y acaba generando enemistades peligrosas.
Una oportunidad en el Principado
A pesar de los pesares, se rumorea que el Mónaco le ha ofrecido un preacuerdo que ha aceptado de buen grado (ya hablamos del interés que existía semanas atrás). El conjunto monegasco creció mucho temporadas atrás gracias a la llegada de un ruso, como pasó en el Chelsea con Roman Abramovich. Dmitry Rybolovlev, cuya fortuna ronda los 8.500 millones de dólares según la revista Forbes, se volvió loco fichando a jugadores como James Rodríguez, Joao Moutinho, Geoffrey Kondogbia o Radamel Falcao. El problema es que apenas hay supervivientes de ese gran equipo que estuvo a punto de ganar la Ligue 1.
El proyecto ha ido a menos y apenas han invirtieron en fichajes el pasado verano. Quedarse fuera de la Champions League en la previa fue un mazazo del que les ha costado recuperarse. Rybolovlev ha perdido entusiasmo y la única forma de recuperarlo pasa por contratar a Mourinho, un especialista en motivar hasta al utillero.
Aceptará con condiciones
Veremos qué es lo que sucede en los próximos meses. Lo que está claro es que Mou solo dará el «sí quiero» definitivo si tiene a su disposición una plantilla poderosa. El milagro que obró en el Oporto, que no fue tanto si tenemos en cuenta la gran plantilla que tenía, no es fácil de repetir y no está como para perder más caché.