Hay que ver cómo es el fútbol. Un día tocas el cielo y crees que eres el mejor jugador del mundo, y al cabo de unos días pasas a ser un futbolista que no tiene cabida en la plantilla. ¿Por qué?
En ciertos casos esa pregunta tiene respuesta. La tiene, por ejemplo, cuando nos referimos a jugadores como Nacho o Lucas Vázquez, de los que se ha rajado mucho durante las últimas horas.
Correr mucho no basta
Tanto Nacho como Lucas Vázquez son justitos para el Madrid. Tienen un nivel inferior al del resto de sus compañeros y sus carencias se notan, a pesar de que muchas veces las suplen dejándose la piel en el campo, algo que nunca se les puede reprochar.
Esa actitud tan positiva es la que enamora al pública, la que lleva a decir eso de «si todos corrieran como Nacho y Lucas Vázquez…». El problema llega cuando los resultados no acompañan, que es cuando eso de correr deja de ser suficiente en un club puntero como el Madrid.
Señalados cuando llegan tiempos de vacas flacas
Cuando hay que disparar, se dispara a los más débiles, aunque creo que en casos como el que está viviendo el Madrid los señalados deberían ser los que tienen que sacar las castañas del fuego. Sea como sea, parece que para algunos Nacho y Lucas Vázquez han pasado a ser unos paquetes de la noche a la mañana, cuando futbolísticamente siempre han demostrado que no pueden formar parte del once titular de un Madrid.
El talento y la calidad es lo que distingue a los jugadores buenos de los que son muy buenos. La actitud nunca debe faltar, y de hecho te permite disparar tu nivel porque el rendimiento se multiplica, pero hay cosas que no se disimulan presionando al rival, saltando de cabeza con todo o lanzándote al suelo para robar un balón. Regatear, centrar, dar un pase de gol, definir bien o no perder balones son cuestiones más bien asociadas a la calidad, y es ahí donde Nacho y Lucas Vázquez no dan el nivel sintiéndolo mucho.