Ayer se midieron México e Islandia en un partido amistoso que se disputó en tierras centroamericanas. No hubo goles y la verdad es que lo más destacado fue la aparición de un espontáneo al terreno de jueo con la bandera de México atada al cuello. Afortunadamente el descerebrado protagonista acabó tragándose el césped después de que fuera placado como en un partido de fútbol americano.