El Valencia y Juan Antonio Pizzi han llegado a un acuerdo que no se hará efectivo hasta que el argentino abandone la disciplina de San Lorenzo de Almagro, que como sabéis se ha proclamado campeón en Argentina. Rufete, director general deportivo del Valencia, ha sido el encargado de hacer público un entendimiento que muy pronto se plasmará en los papeles del nuevo contrato del exfutbolista.
Mucho trabajo por delante
Pizzi regresará a un club en el que ya estuvo como jugador en la temporada 1993/94. Lo hará tras unos cuantos años de experiencia como entrenador en Argentina, Perú y Chile que le han servido para ganar veteranía en los banquillos. El título que acaba de ganar al otro lado del charco le avala, pero sabe que tendrá la difícil misión de levantar los ánimos y mejorar los resultados de un equipo que ahora mismo está a cinco puntos del descenso a Segunda División.
Tendrá que ser muy cauto en su primera rueda de prensa y no tirar cohetes como Miroslav Djukic, de quien recuerdo que aterrizó con un optimismo desmesurado en el aeropuerto de Manises y se fotografió con una bufanda del Valencia con una sonrisa de oreja a oreja.
Cuidado con las exigencias
La afición también tendrá que poner de su parte. No se le puede exigir mucho a este Valencia y hay que aceptar que es un equipo que como mucho puede clasificarse para la Europa League. No está para mayores alegrías, aunque trabajando bien se puede crear un nuevo proyecto deportivo ambicioso. Pero claro, para eso hace falta dinero, y los billetes los tendrá que poner un multimillonario como Peter Lim, de quien se dice que se hará cargo de los 300 millones de euros que el club debe a Bankia y pondrá otros 40 millones de euros sobre la mesa para invertir en fichajes durante el mercado de invierno.
Veremos qué hay de cierto en toda esta historia del magnate de Singapur, ya que también intentó comprar otros clubes como el Liverpool y al final todo quedó en agua de borrajas.