¡Qué vergüenza! No me cansaré de decir que el Real Madrid no volverá a ser un club señor hasta que se deshaga de futbolistas como Cristiano Ronaldo. Será uno de los mejores del mundo y marcará muchos goles, pero de vez en cuando se desprestigia con acciones como la que protagonizó ayer en el Santiago Bernabéu.
Undiano se hizo el sueco
No contento con los dos goles que había marcado y el 5-0 que reflejaba el marcador, el portugués se equivocó en una acción en la que fue objeto de falta. Nacho Cases, el ’10’ del Sporting de Gijón, le cerró el paso con una obstrucción que fue señalada por Undiano Mallenco. Sin embargo, justo después pasó algo que por increíble que parezca no tuvo sanción.
CR7 le dio una patada que no venía a cuento. El balón estaba muy lejos cuando le regaló un puntapié que el árbitro no quiso ver. Estaba delante de la jugada y solo tenía que sacar la tarjeta roja para hacer justicia, pero se la guardó y el juego continuó como si no hubiera pasado nada.
Sin justificación
Me sorprende la reacción de Cristiano teniendo en cuenta que la obstrucción no fue nada del otro mundo. Nacho Cases se preparó para recibir el impacto sin sacar los brazos para lastimarle, así que no entiendo su pataleta. Todavía habrá aficionados que le defiendan, porque el fanatismo y la cordura nunca irán de la mano, pero creo que cualquiera que lo vea sin los ojos vendados puede identificar su acción como algo que debería ser sancionado con tarjeta roja. Cuando no hay balón de por medio siempre hablamos de agresión, así que no hay dudas.
¿Habrá sanción post-partido?
Veremos si el Comité de Competición actúa de oficio. Sería lo más razonable para hacer justicia, pero dudo que entren al trapo.