El Barça ganó 1-2 en el Etihad Stadium, pero sus jugadores su fueron un tanto cabizbajos hacia el túnel de vestuarios. El que más Leo Messi, que fue el que tuvo en sus botas la oportunidad de finiquitar la eliminatoria por completo. Sin embargo, no menos enfadado estaba Neymar, que fue sustituido después de jugar uno de sus peores partidos de la temporada, por no decir el peor.
Un pique muy tonto
El brasileño contempló desde la grada (ya sabes que los banquillos en Inglaterra suelen estar mezclados con el público) cómo Messi fallaba desde los once metros. Eso hizo que los aficionados del Manchester City se levantaran de sus asientos para celebrarlo, algunos con más rabia que otros.
Uno de ellos, que estaba a escasos cinco metros de Neymar, le provocó haciéndole gestos que le definían como piscinero. Por esos lares está muy mal visto dejarse caer para engañar al árbitro, y el ’11’ del Barça es uno de los que se ha ganado esa etiqueta a pulso, o al menos eso dicen.
Lejos de pasar de las provocaciones del adolescente que la había tomado con él, le invitó a que se vieran un poco más cerca para decirle cuatro cosas. Y así fue cuando el árbitro señaló el final, algo que se produjo pocos segundos después.
Los miembros de seguridad tuvieron que interponerse entre ambos para que la cosa no pasara a mayores. El aficionado no dejaba de hacer el mismo gesto y Neymar quiso decirle cuatro cosas antes de irse a la ducha.