Neymar no puede tener más mala suerte. A veces se busca los problemas y a veces los encuentra sin buscarlos. Lo último, tras el escándalo de una supuesta violación que ha sido denunciada, lo ha vivido sobre el césped de un terreno de juego durante el partido amistoso que enfrentó a Brasil y a Catar. El ex del Barça sufrió una pequeña rotura en el tobillo y tuvo que abandonar el estadio en muletas, con rostro muy serio y tras haber derramado lágrimas de frustración, de impotencia.
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Desde que se fue de Barcelona todo son problemas. Fichar por el PSG no fue la mejor decisión a nivel deportivo, y si a eso le sumamos las lesiones y los follones extra deportivos que le suelen envolver, normal que no pueda hablar de felicidad en estos momentos.
En un balón disputado con el futbolista catarí Assim Madibo vio como su tobillo se doblaba más de la cuenta, por lo que quedó tendido sobre el verde y acabó en el hospital, donde se confirmó que no podrá disputar la Copa América.
El debut de la ‘canarinha’ se producirá el próximo 14 de junio ante Honduras y su lesión requiere bastantes semanas de recuperación para que vuelva a estar en condiciones óptimas. Un tobillo no se recupera así como así y forzar la máquina puede ser muy perjudicial de cara al futuro.
Mal negocio para el PSG y para Neymar
El PSG, que siempre se ha negado a traspasarlo pese al interés del Real Madrid, debe estar muy preocupado. Nasser Al Khelaïfi tal vez piense que su estrella, con el permiso de Kylian Mbappé, no le está dando todo lo que esperaba. Los líos que no tienen nada que ver con el fútbol y las lesiones no le están permitiendo ofrecer un rendimiento acorde con su salario y con lo que desembolsaron en su día para arrebatárselo al Barça.
Ney, por su parte, se estará arrepintiendo de la decisión que tomó en su día. Ahora, más que nunca, sabrá que el dinero no lo es todo en la vida, a pesar de que su padre solo se mueve respondiendo al olor de los billetes recién salidos del banco.