Iker Muniain no podrá volver a jugar con la selección española hasta que no pida perdón a la Real Federación Española de Fútbol, empezando por Ángel María Villar, el presidente.
Su comportamiento durante los pasados Juegos Olímpicos de Londres no gustó a nadie. Varias cuestiones de indisciplina le salpicaron, la más grave de todas durante el partido que España disputó ante Honduras. Su violenta reacción contra el árbitro venezolano Juan Soto dio una muy mala imagen de ‘La Roja’, que como sabéis se fue a casa antes de lo esperado y sin marcar ni un solo gol.
La RFEF tiene muy claro que debe disculparse. A finales de agosto el jugador del Athletic de Bilbao ya reconoció públicamente que su comportamiento no había sido el ideal, pero parece que eso no es suficiente. Julen Lopetegui, seleccionador de la Sub-21 que le conoce desde hace muchos años, está convencido de que las cosas se van a solucionar muy pronto dialogando. A España le interesa contar con los servicios de Muniain, y a Muniain le interesa vestir la camiseta de España para seguir creciendo como futbolista y para embolsarse un buen puñado de euros.