El Comité de Control y Disciplina de la UEFA ha cumplido con su trabajo. Ha sancionado a la Real Federación Española de Fútbol con una multa de 20.000 euros por «conducta impropia de sus aficionados», para ser más exactos por «comportamiento y cánticos racistas».
Los hechos ocurrieron el pasado 10 de junio durante el partido que España disputó ante Italia en Gdansk. Mario Balotelli fue el objetivo de varios energúmenos que van por Europa representando a una sociedad que ni aprueba ni comparte esos comportamientos racistas.
El problema es el de siempre. La multa la tendrá que pagar la RFEF, que por supuesto no tiene ninguna culpa. En estos casos creo que se debería multar a todos aquellos aficionados que van a un estadio a dedicar cánticos racistas a algunos jugadores. Así seguramente se acabaría con el problema.
Ahora la RFEF tiene un plazo de 24 horas para presentar un recurso de apelación, algo que yo sinceramente ni me plantearía. En España existe un porcentaje real de garrulos que por desgracia crean una idea equivocada de lo que somos el resto de los españoles (tal vez por eso algunos no se sienten identificados con el país). Ni a todos nos gustan los toros ni vamos por la calle vestidos para bailar flamenco.
Por otra parte, decir que a la Federación de Fútbol de Rusia también le han impuesto una multa por lo mismo, aunque en ese caso asciende a 30.000 euros por los hechos acontecidos durante la primera jornada de la Eurocopa (se enfrentaron a la República Checa en Wroclaw).