El fútbol español está de luto. Manolo Preciado, uno de los mejores técnicos de la Liga española, nos ha dejado de forma repentina e inesperada. Ayer hablábamos de él como nuevo técnico del Villarreal. Su presentación estaba prevista para mañana, pero por desgracia no podrá estar allí para atender a los medios de comunicación con la simpatía que le caracterizaba.
Un infarto de miocardio se lo ha llevado. A las 23:15 horas de ayer la Policía Local recibió el aviso de que Preciado estaba inconsciente en una zona residencial cercana a Cullera, a unos 20 kilómetros de Valencia. Por desgracia no se pudo hacer nada por salvar su vida y ahora se le practicará la autopsia. Posteriormente será trasladado a Santander.
Una vida marcada por las desgracias
La vida ha sido muy injusta con él. Se va a los 54 años de edad y con varias desgracias que ha tenido que vivir en primera persona. En el año 2002 perdió a su esposa por culpa de un cáncer de piel. Dos años después fue su hijo quien murió, en esa ocasión por un accidente de tráfico. En 2005, casi sin tiempo para recuperarse, perdió a su padre en un atropello.
Cuando se le preguntó por la vida tan difícil que le había tocado vivir respondió lo siguiente:
La vida me ha golpeado fuerte. Podría haberme hecho vulnerable y pegarme un tiro, o bien mirar al cielo y crecer. Prefiero la segunda opción.
Lo dicho, se va un grande, un técnico de primer nivel que como persona era muy querido. En Gijón y en otras muchas ciudades ya es eterno. Descanse en paz.