Hay que ver lo que cambian las cosas en el mundo del fútbol. En muy poco tiempo puedes pasar de héroe a villano. No digo que sea eso lo que le ha sucedido a José Mourinho, pero sí afirmo sin miedo a equivocarme que su caché ya no es el que era, que no habrá demasiados clubes dispuestos a tirar la casa por la ventana para hacerse con sus servicios como sí sucedía cuando cambió el Inter de Milán para entrenar al Real Madrid.
Su tercera temporada en el Manchester United no ha arrancado de la mejor forma posible. Hay varios jugadores que no comparten sus métodos y también los hay que están cansados de sus declaraciones, en las que siempre dispara indiscriminadamente para justificar una derrota.
Problemas con la directiva por la política de fichajes
El problema de Mourinho va más allá del banquillo. No solo hay futbolistas con ganas de hacer las maletas que rajan a sus espaldas, sino que también tiene enemigos en la directiva. Los máximos responsables del club están cansados de que el portugués se queje de que no invierten lo mismo que el Manchester City, ya que ha derrochado muchísimo dinero desde que llegó. ¿Los resultados hasta la fecha? Una Europa League, una Community Shield y una FA Cup. No está del todo mal, pero es evidente que es un fracaso no levantar ni la Champions League ni la Premier, que son las dos competiciones más importantes, las que debe ganar el United todos los años.
Pese a que Mourinho ha negado la mala relación que existe con la directiva, es evidente que su continuidad pende de un hilo. La temporada ha empezado con una derrota inesperada y el mal ambiente que se respira puede hacer que una serie de malos resultados le cuesten el puesto. Lo que parece claro es que no va a dimitir, ya que eso es algo que nunca ha hecho y estoy convencido de que no quiere perder ni una sola libra de las que firmó desde que llegó a Old Trafford.
De admirado a odiado
El culpable de que Mourinho no sea el que era se llama Mourinho. Se ha ido cavando su propia tumba futbolística criticando a sus jugadores, algo que desde luego no le ayuda, sino que le prejudica. Ya no gana tantos títulos como antes y ha perdido las formas. Siempre le han ido las excusas y el mundo del fútbol empieza a estar cansado de su ego. Por eso dudo que volvamos a decir que Mourinho es el mejor entrenador del mundo.