Arsène Wenger prefirió no hablar de la crisis del Chelsea justo antes del derbi de Londres que se disputó el pasado sábado. No quiso entrar al trapo en un momento idóneo para hacerlo, tal vez por miedo a perder o tal vez por tratar de hacer las paces con José Mourinho.
Si lo hizo por lo segundo, todos sus esfuerzos se fueron al garete por culpa de un jugador: Diego Costa. El brasileño incendió al técnico francés al provocar la merecida expulsión de Gabriel, algo que pudimos comprobar en declaraciones posteriores al choque, que por cierto terminó 2-0 por los goles de Kurt Zouma y Eden Hazard.
El agitador Diego Costa
Los ‘gunners’ acabaron con 9 jugadores sobre el césped de Stamford Bridge porque Santi Cazorla también fue expulsado a 11 minutos para el final. Wenger, indignado con el colegiado, no se explica cómo es posible que Diego Costa todavía no haya sido expulsado en la Premier League. Cree que no hay árbitro que se atreva a expulsarlo y definió la situación como vergonzosa.
La imagen del técnico del Arsenal no tenía nada que ver con la de Mourinho. El portugués se mostró feliz y bromista ante los medios de comunicación y ensalzó la figura de Diego Costa, a quien nombró «jugador del partido» por su incansable trabajo.
Creo que he jugado 15 o 16 veces contra el Arsenal y solo una vez no se quejaron. No sé por qué. Tal vez porque fue porque ese día ganaron.
Más distantes que nunca
El derbi de Londres seguirá calentito mientras estos dos estén sentados en el banquillo. Mourinho esperó a Wenger para darle la mano tras el pitido final, pero su colega de profesión pasó de él como ya lo hizo cuando ganaron la Community Shield a principios de agosto.