La vida de José Mourinho ha dejado de ser maravillosa, y no lo digo por los malos resultados que está cosechando como entrenador del United. Lo digo por cómo ha cambiado su vida desde que está en Mánchester, una ciudad fría en la que se siente solo, ya que su familia se ha quedado en Londres. Lo ha reconocido en unas declaraciones concedidas a The Telegraph.
Por primera vez vive lejos de sus seres queridos
Allí están sus hijos, Matilde y José, y su mujer, Tami. El no poder vivir con ellos está complicando su adaptación a la ciudad. De hecho, ni se ha comprado ni ha alquilado una casa. De momento vive en el lujoso hotel Lowry del centro de la ciudad, un cinco estrellas en el que suele pasar demasiadas horas.
Mou ha reconocido que sale pocas veces del hotel, que le cuesta ir a un restaurante y que muchas veces pide que le lleven la comida o la cena a la habitación:
Para mí todo es un poco desastre, porque a veces quiero caminar un poco y no puedo. Sólo quiero cruzar el puente e ir a un restaurante. Pero no puedo, por lo que es muy malo. Tengo mis aplicaciones y puedo pedir comida para que me la lleven al hotel.
La situación es complicada porque sus hijos están asentados en Londres, donde van a la universidad. Además, José Jr. es portero del Fulham, un club con sede en la capital del Reino Unido:
Mis hijos están en la universidad de Londres. Ellos están en una edad que no pueden venir conmigo a todas partes como lo hacían antes (cuando cambiaba de equipo). Así que es la primera vez que la familia está viviendo de una manera diferente y tratamos de ver cómo hacemos frente a esta situación.
Sin duda alguna, lo está pasando muy mal. Le vendría muy bien estar al lado de su familia tras una derrota como la del pasado fin de semana en Stamford Bridge. Pero como eso no es posible, debería apoyarse en las amistades que pueda tener por allí, que aunque no sean como la familia te pueden animar.