Jamás se había visto a un campeón de la Premier League empezando tan mal la temporada. El Chelsea de José Mourinho ha batido récords al sumar su séptima derrota en doce partidos disputados, un duro revés que les lleva a ocupar la decimosexta posición con once puntos, situándose a solo tres del descenso que marca el Bournemouth.
La última petición a Abramovich
Eso ha provocado más de una reunión entre el técnico portugués y el propietario del club, el multimillonario Roman Abramovich. La última se produjo tras el traspié en campo del Stoke City y en la misma no hablaron de buenas intenciones, sino que pasaron a la acción.
Mourinho le ha dicho a su jefe que está capacitado para sacar al Chelsea del agujero en el que se ha metido. Eso sí, como condición para lograrlo exige llevar a cabo una revolución durante el mercado de invierno. No es extraño que lo pida teniendo en cuenta que en las últimas jornadas se ha olvidado de Cesc Fábregas y Eden Hazard, dos jugadores que la temporada pasada eran absolutamente imprescindibles.
¿Manzanas podridas?
Por su mente pasa la posibilidad de que le estén haciendo la cama, aunque públicamente nunca ha querido reconocerlo. Todo lo contrario. Ante los periodistas dice que sus jugadores están a muerte con él y no considera que sea el motivo por el cual están tan lejos de los puestos de cabeza.
Sea como sea, enero puede ser un mes muy movido en Londres. Habrá ventas y compras que modificarán una plantilla que ha dejado de funcionar en seco. Mourinho quiere quedarse con los que están más comprometidos y espera sacar tajada de ciertos jugadores para poder fichar sin restricciones.