A pesar de que en octubre se habló de una posible ampliación de contrato hasta el 30 de junio de 2022, lo cierto es que el futuro de José Mourinho está cada vez más lejos de Old Trafford. Su relación con el club no es la mejor en estos momentos, algo que ha venido motivado por las palabras que pronunció en rueda de prensa tras empatar ante el Burnley días atrás.
Malestar en la directiva
El técnico portugués dijo que los 300 millones de libras que han invertido desde que llegó no son suficientes para competir con el Manchester City de Pep Guardiola, que según él compra laterales a precio de delanteros. Eso no ha gustado nada a los propietarios del club, que han hecho un esfuerzo para construir una plantilla competitiva y no esperaban semejantes declaraciones.
Desánimo y discrepancias con un posible fichaje
Los últimos pinchazos del equipo, que le han situado a 15 puntos de la cabeza de la Premier League, han afectado mucho a Mou, que en las últimas semanas hace todo lo posible por viajar a la casa que tiene en Londres siempre que puede. No se le ve tan implicado y no son pocos los trabajadores del club que creen que hará las maletas cuando termine la temporada.
Su última petición es Danny Rose, lateral izquierdo del Tottenham Hotspur que tiene un coste de 45 millones de euros. El United por ahora no ha movido ficha porque considera que con Luke Shaw y Matteo Darmian es suficiente, pero Mourinho está muy enfadado porque cree que es un jugador con el que darían un salto de calidad.
Ha tenido que calmar los ánimos
Según el Daily Mail, la directiva considera que las palabras de Mourinho tienen como objetivo presionar de cara al mercado de fichajes de invierno. De hecho, el exentrenador del Madrid ha tenido que salir a la palestra para aclarar que no existe ningún problema entre las dos partes:
El dinero es el que marca la diferencia, pero pido que no se malinterpreten mis palabras y se señale que estoy contra el club o que mi club no me respalda.