Leo Messi ha tirado la toalla. Cuatro finales perdidas duelen demasiado. La de ayer todavía más, porque es la cuarta y porque falló uno de los penaltis que dejaron a Argentina sin la Copa América. El crack del Barça lloró sobre el verde, reflexionó en el vestuario y tomó una decisión: «Se terminó para mí la selección».
Palabras en caliente
Veremos si en frío opina lo mismo. El tiempo cura las heridas y es probable que se vuelva a levantar de esta dura caída. Los aficionados argentinos tendrán que poner de su parte para que el mejor jugador de todos los tiempos vuelva a tirar del carro de una selección a la que le falta muy poco para ganar títulos.
No estará en los Juegos Olímpicos de Río, como es lógico, pero sí se le espera en las eliminatorias de clasificación para el Mundial que se disputará en Rusia dentro de dos años. Todavía es pronto para saber qué es lo que va a pasar, pero de momento ha dejado claro que no seguirá vistiendo la albiceleste.
Lamentablemente lo busqué. Era lo que más deseaba. No se me dio, pero creo que ya está. Es una tristeza grande lo que nos volvió a pasar y encima me toca errar el penal a mí. Ellos habían errado el primero y era importantísimo hacer para agarrar diferencias. Me tocó errarlo a mí, así que… ya está.
No es definitivo
¿Recapacitará? Estoy convencido de que todavía le quedarán fuerzas para liderar a su selección en el próximo Mundial. Tiene 29 años recién cumplidos y no debería tirar la toalla. Está a tiempo de lograr un Mundial y todo el mundo le va a exigir un último esfuerzo antes de dejar de defender los colores de un país que le ha amado y le ha criticado.