El futuro de Kylian Mbappé no está nada claro. Puede parecerlo porque no ha renovado y queda libre a partir del próximo 1 de enero, pero nadie pone la mano en el fuego por su fichaje por el Real Madrid, que se supone que es el club en el que quiere jugar.
El PSG, que no entiende de fair-play financiero porque se le permite todo, tratará de convencerle hasta el último segundo con una oferta mareante para que se quede en París, donde seguro que se sentirá más a gusto tras la llegada de Leo Messi. El equipo se ha reforzado con grandes jugadores y ahora no puede decir que se quiere ir porque no hay un proyecto deportivo lo suficientemente atractivo como para quedarse.
Las primas de fichaje dan miedo
Sea como sea, el Madrid ya sabe que Mbappé no llegaría gratis a la capital de España. No van a soltar los 200 millones de euros que presentaron como última oferta antes del cierre del mercado de fichajes, pero no son tontos y son bien sabedores de cómo se mueven los futbolistas hoy en día. No renovar suele ser sinónimo de irte «gratis» a un equipo, ya que no tardas en abrir las manos pidiendo una prima de fichaje que viene a ser como la mitad o algo menos de lo que el club habría pagado por ficharte si todavía tuvieras contrato.
Cuidado con el PSG y con sus futuras novias
Así las cosas, Florentino tiene todavía algún que otro dolor de cabeza con lo de Mbappé de cara a los próximos meses. Primero debe esperar a que el francés siga sin renovar hasta el 1 de enero de 2022, y después también tendrá que ver que no quiere ir a otro club que no sea el Madrid. Más de uno tentará al campeón del mundo, y lo peor de todo es que hay clubes con más poder económico. Se acabó eso de que Madrid y Barça se llevan a los mejores. Antes en igualdad de condiciones económicas los jugadores lo tenían claro, pero es que hoy en día hay unas diferencias tan grandes que las cosas cambian de rumbo fácilmente. Y si no que se lo pregunten a Wijanldum, que veía con buenos ojos jugar a las órdenes de Ronald Koeman de azulgrana, hasta que llegó el PSG con sus petrodólares para hacerle cambiar de opinión. El fútbol desde hace bastantes años solo es dinero, y ahora el dinero no está en España.