Marco Materazzi no es un jugador normal, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego se comporta de una forma especial. Eso mismo es lo que pudimos volver a comprobar en la final de la Copa de Italia. El central del Inter de Milán estaba tan eufórico que decidió mojar a Paola Ferrari y Giampiero Galeazzi, dos comentaristas que se quedaron helados.