Javier Mascherano, que no estuvo el pasado miércoles en Villanueva de la Serena, pasó por el Juzgado de Instrucción 9 de Gavà para defenderse de una querella de la Fiscalía basada en un informe de la Agencia Tributaria.
Se le atribuían dos delitos contra la Hacienda Pública. Delitos que él mismo se ha encargado de corroborar al reconocer que defraudó poco más de 1,5 millones de euros por no declarar los ingresos que cobró por sus derechos de imagen en 2011 y 2012. Tampoco había pagado el IRPF, así que le ha tocado pasar por caja para pagar los montantes correspondientes.
A la espera de una sanción ejemplar
Lo que no sabe es cuánto le van a pedir en concepto de sanción económica. Tendrá que esperar a que se resuelva la instrucción judicial para conocer la cantidad exacta, pero en cualquier caso no será un problema para sus bolsillos.
Mascherano defraudó 587.822 euros en 2011 y 968.907 en 2012 gracias a la intervención de dos sociedades, una en Miami y otra en Madeira. Sin duda, fue un movimiento propio de un político español que le ayudó a ocultar unos ingresos que con el tiempo han salido a flote.
Cuando le pillaron con las manos en la masa, y asesorado en todo momento por sus abogados, Mascherano abonó esas cantidades más unos 200.000 euros en concepto de demora. A pesar de ello, le ha tocado declarar y ahora se enfrenta a una multa que tendrá que pagar como todo hijo de vecino. El juicio no llegará a celebrarse por un pacto entre ambas partes, algo que ya no es tan propio de todo hijo de vecino.