El España-Francia de esta noche es uno de los mejores partidos de fútbol que se pueden presenciar en estos momentos. Pese a ello, y por mucho que le sorprenda a algunos medios de comunicación, esta noche es poco probable que el Vicente Calderón presente un lleno hasta la bandera. ¿Por qué? Pues porque la Real Federación Española de Fútbol quiere llenarse los bolsillos a costa de unos pobres aficionados que a duras penas tienen dinero para llegar a fin de mes. Prefieren eso antes que ver un campo convertido en una olla a presión.
El problema del elevado precio de las entradas no es nuevo en España. Mientras en otros países como Alemania se pueden ver partidos por menos de 10 euros, aquí las entradas más baratas pueden costar más de 30 euros para ver determinados partidos. Es el caso del de esta noche, con precios que oscilan entre los 30 y los 85 euros. ¿No se han dado cuenta de lo mal que lo están pasando muchas familias?
Lo que piden en taquilla sorprende todavía más si tenemos en cuenta que se juega en martes a las 21:00 horas y se podrá seguir por Televisión Española. Lo mejor será quedarse en casa viendo el partido en familia y disfrutando de una cerveza fría. Los VIP, que no son pocos y todavía son más en Madrid, podrán disfrutar del partidazo desde sus asientos acolchados mientras se toman una copa de cava. Un fiel reflejo de las desigualdades que salpican a nuestro país.
De momento hay más de 10.000 entradas que no se han vendido. Es poco probable que se vendan en apenas 9 horas. Los «precios populares» con los que algunos se llenaban la boca han pasado a la historia. Estamos en tiempos de sacarle todo el dinero que se pueda al pueblo. Eso sí, nadie va obligado, que conste.