Mucho se tendrían que torcer las negociaciones para que el Barça y el Zenit de San Petersburgo no lleguen a un acuerdo para el traspaso de Malcom. El brasileño, que no entra en los planes de Ernesto Valverde y se ha visto relegado a un tercer plano tras la llegada de Antoine Griezmann, es consciente de su situación y le ha pedido a su representante que busque una salida, ya que a sus 22 años no es nada bueno que se pase la temporada comiendo pipas en los banquillos.
Rumbo a Rusia
El club que más interés ha mostrado por él es el Zenit de San Petersburgo. Los rusos, por lo que dicen, están dispuestos a pagar 35 millones de euros fijos más 5 variables, una cantidad bastante razonable si tenemos en cuenta el poco protagonismo que ha tenido Malcom desde que llegó a Barcelona procedente de Roma. Sí, de Roma, porque Monchi lo tenía fichado por increíble que parezca (increíble porque no es un buen jugador, o por lo menos todavía no lo ha demostrado).
El Barça, consciente de que todavía queda mucho verano, ha querido tensar la cuerda y se planta en los 40 millones de euros fijos más 5 variables. La diferencia es mínima y creo que al final darán su brazo a torcer, ya que están obligados a vender después de pagar 120 millones por Griezmann y 75 por De Jong.
Cuestión de minutos… y de dinero
Por lo que respecta a Malcom, por lo visto no le parece mal recalar en el club ruso y dejar atrás su sueño de jugar en el Barça. Busca protagonismo y también le seducen las cantidades que están dispuestos a desembolsar temporada tras temporada para que se olvide de jugar en otras ligas más atractivas como la española, la italiana o la inglesa.