Al final tendrá que jugar con un bozal. A Luis Suárez le gusta demasiado morder a sus rivales, y ayer volvió a demostrarlo en el partido que disputaron Uruguay e Italia. Esta vez probó la carne de Giorgio Chiellini, quien no se esperaba un delicado mordisco del delantero del Liverpool.
Los dientes se clavaron en su hombro izquierdo y no tardó en quejarse amargamente mostrando las marcas que le habían dejado. El vampiro Suárez había hecho de las suyas en el minuto 79, poco antes de que Diego Godín marcara el gol que le dio la clasificación a los charrúa y dejó fuera a los transalpinos.
El tercer mordisco de su carrera profesional
La primera vez que le pillaron haciendo algo similar fue en 2010, cuando en un PSV – Ajax decidió morder a Otman Bakkal. La Federación Holandesa le sancionó con siete partidos y su club le sancionó con dos partidos más, al tiempo que le obligó a pagar una multa por mal comportamiento.
A pesar de los pesares, esa sanción no le hizo reflexionar lo suficiente y el año pasado su víctima fue Branislav Ivanivic. El defensa serbio del Chelsea se llevó un bocado de la estrella del Liverpool en el brazo. La Federación Inglesa le castigó con diez partidos sin jugar y a partir de ese momento empezamos a pensar que lo suyo es de psiquiátrico.
La indignación de Chiellini
Chiellini no tardó en hablar de la acción tras el partido y le calificó de «baboso«:
Creo que la FIFA debería mirar estas acciones para que no se repitan nunca más. Pero estoy seguro de que saldrá indemne, porque la FIFA quiere a la estrella de Uruguay en los octavos. Veremos si se atreve a usar la prueba de la televisión.
Ahora la FIFA está meditando la posibilidad de sancionarle por su irrespetuoso y caníbal comportamiento. Veremos qué es lo que pasa al final.