Un gol en el último suspiro lo cambia todo. Unai Emery fue elogiado tras el 4-0 logrado en el Parque de los Príncipes ante el Barça. Nada que ver con lo que sucedió tras el doloroso 6-1 de la vuelta, el que les ha dejado fuera de la Champions League en octavos de final.
La prensa francesa, que le tiene ganas desde el primer día, se ha cebado con él dedicándole frases de las que duelen. Lo mismo podemos decir de gran parte de la afición, y a estas alturas ni siquiera parece tener el apoyo de Nasser Al-Khelaïfi, el mandamás del PSG.
No hay feeling
Por lo que hemos podido saber, el catarí ya piensa en la temporada que viene y no cuenta con un Emery que tampoco debe estar muy cómodo con sus jugadores. Dicen que no se ha ganado al vestuario como lo hizo Carlo Ancelotti en su día, y el varapalo del pasado miércoles le ha dejado con pocas ganas de continuar.
Lucho está más o menos disponible
Así las cosas, los parisinos están entablando conversaciones con algunos de los entrenadores que podrían sentarse en el banquillo parisino. Uno de ellos, o al menos eso dicen los rumores, no es otro que Luis Enrique. Ya sabemos que el técnico asturiano no seguirá entrenando al Barça, así que no es una opción descabellada.
Lo que no me cuadra tanto es que quiera entrenar la próxima campaña. Estos tres años en el Camp Nou le han quemado mucho y quiere descansar. Tal vez se tomará un año sabático como hizo Pep Guardiola, o tal vez entrenará a un equipo en el que no haya tanta presión, como podría ser el PSG. Allí solo puede haber presión por el dinero que ponen sobre la mesa, pero no por el hecho de ser un histórico como el Real Madrid o el Barça, dos clubes que están obligados a ganarlo todo año tras año. Además, la exigencia de la liga francesa no es la misma.