Era el favorito en todas las quinielas. Luis Enrique llevaba un año sin entrenar y no podía dejar pasar la oportunidad de dirigir a la selección española, un cargo al que aspiraban otros entrenadores que en mi humilde opinión no están tan capacitados, como es el caso de Míchel o Gregorio Manzano.
El asturiano es el hombre elegido por Luis Rubiales, el mismo que tomó la difícil decisión de cargarse a Julen Lopetegui a dos días del debut de ‘La Roja’ en el Mundial.
Una nueva e ilusionante etapa
Toca pasar página tras lo ocurrido en Rusia. El pobre Fernando Hierro hizo lo que pudo y no tomó decisiones demasiado brillantes, pero la culpa de la eliminación no puede recaer sobre su figura, sino que hay que buscarla en la inestabilidad que se produjo por culpa de una destitución que no le vino nada bien a un grupo que necesita renovarse.
Luis Enrique será el encargado de darle al botón de reiniciar apostando por jugadores nuevos y dando confianza a los que considera que todavía pueden aportar mucho. A algunos de ellos ya los conoce por su etapa en el Barça, algo que beneficiará a futbolistas como Sergi Roberto, que por fin podría tener su gran oportunidad.
Rubiales ha anunciado que el contrato de Luis Enrique es por dos años (hasta la próxima Eurocopa) y que ha sido una decisión en la que no ha habido dudas, ya que todos sus compañeros han coincidido en la elección de un hombre que como jugador fue internacional en 62 ocasiones. Conocimientos, experiencia y carácter no le faltan.